Hoy venía en la tarde en la micro de vuelta a mi casa y presencie algo que encontré horrible.
Tal vez quienes lean esto piensen que estoy siendo dramática, que estás cosas siempre pasan y no son tan graves, pero creo que la gravedad radica en lo cotidiano de cosas que no son sanas.
Una jovencita de unos 16 años se sentó a mi lado, iba con su pololo, un joven de más o menos la misma edad.
Yo estaba escuchando música, en verdad no les presté mucha atención, hasta que escuché una palabra que dice el joven y que me llamo mucho la atención, le dijo "weona", tiene que haberlo dicho muy fuerte, porque inclusive con los audífonos lo escuche. Soy copuchenta, lo admito, porque desconecté los audífonos para seguirlos escuchando. En todo el trayecto él fue burlesco y pesado con ella, le dijo desde "perra", "tiñosa", "weona" y le tomaba la cara y le tapaba la boca cuando ella hablaba de forma muy brusca, al mismo tiempo le decia cosas cariñosas y le daba besos a la fuerza. En un momento él le nombró a otra persona y ella le dijo que a esa persona había sido a la única que ella había amado de verdad... osea combatío la agresividad con agresividad. Después se bajaron y siguieron discutiendo en la calle.
Pensé: cuantos matrimonios que se maltratan actualmente comenzaron así, con "bromas" y "tallas"?
Hay una especie de odio contenido en ese tipo de conducta, lo he visto otras veces, incluso con amigos cercanos.
No hay nada más reconfortante que el amor de pareja, pero con todos nuestros comportamientos y estímulos dañinos cuesta tanto encontrarse en estos días. Incluso a quien duerme a tu lado todas las noches, cuesta darse por completo, creemos erróneamente que nos harán daño, pero les digo, el amor sin condiciones es la única forma de vivir plenamente, no de sobrevivir que es lo que la mayoría hace, sino de VIVIR. Hay mucha gente que se conforma, cree que es mejor estar mal acompañado que solo.
La revolución no sólo es interna, también idealmente de a dos.
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